Cómo nos acostumbramos a nuestras cosas, nuestras rutinas, hábitos... ¡y cómo nos acostumbramos a nuestra comida!
Ya llevo 20 días aquí en Pamplona, y podría hacer el siguiente cálculo aproximado:
- varias salidas a comer afuera,
- 2 compras en Carrefour,
- 2 cenas con amigos,
- 10 almuerzos en la UNAV

LA CARNE. Somos famosos por nuestra exquisita carne argentina, ¿quién puede negarlo? No tuve la oportunidad aún de recorrer el resto de España, pero aquí en Pamplona no he conseguido comer un buen bife de lomo, una rica milanesa de ternera napolitana.
El otro día conversaba con una profesora compatriota de la facultad de arquitectura de la unav, con quien trabajo en un taller de pintura, y la comida fue nuestro tópico de conversación.
Yo llevo poco tiempo (y ya me quejo), ella varios años aquí y confirmó mi triste sospecha:
- No, Gisela. No se venden milanesas. Mi marido no sabés como las extraña también.
Simpático video de un extranjero enseñando a hacer milanesas
Entonces pensé, "bueno, voy al supermercado, me compro ternera, pan rallado y listo, las cocino en casa".
Pero resultó ser que al pasar por la góndola de carne, vi que ningún corte tenía el nombre con los que podría sacar mi receta a flote. Mis esperanzas se marchitaban cada vez más, pero no se fueron del todo cuando vi a una empleada del sector que podría ayudarme en mi búsqueda y contestarme con un "maja, aquí en España no la llamamos ternera, ni bola de lomo. Toma, esto es lo que precisas".
Pues sí, lo admito, un poco utópico mi pensamiento. Como presuponen, no fue así. Le preguntaba a la mujer, le tiraba mis palabras clave: milanesa, ternera, carne, y nada. Pan rallado, empanar, filete de tenera, nada tampoco. Me negaba que hubiese en Pamplona un corte de carne como el que yo nombraba. Finalmente, un poco saturada (y con razón) por mi insistente capricho de conseguir algo que aquí no existía, me llevó a a la zona de productos congelados y me mostró una caja con milanesas, pero de pollo.
- Muchas gracias, le contesté con una cara que no podía ocultar la increíble angustia que sentía en ese momento, y me fui con mi changuito (carro de compras) a buscar carne de cerdo.
Pero bueno, no todas fueron pálidas en mi búsqueda de satisfacer mi paladar en Pamplona. El otro día, con unos amigos argentinos que están de intercambio al igual que yo fuimos a un restaurant en Iturrama. Se llama La Tablita y cocina pizzas y empanadas, otras comidas muy típicas en nuestro país. Sus dueños, compatriotas, son de la hermosa ciudad de Mar del Plata y lograron apaciguar nuestras necesidades culinarias.


Cena de argentinos en la pizzería La Tablita, atendido por su dueño Raúl.
Pues bien, pido disculpas por la narración entre líneas muy argentas y otras que intentan asomar términos locales, pero espero que les haya servido esta breve experiencia de alguien que recién comienza a desapegarse de su ciudad natal. Amigos, familia, novio/a son aquellos en los que primero se piensa cuando uno se va por tanto tiempo. Pero hay otras cosas que vienen incluídas en el combo de alejarse de su tierra por un rato y que parecen ser (por el momento) irremplazables. Esa es la verdad de la milanesa.
Argentina: comidas y otras yerbas. Creado por Gisela Pasik. http://www.wordle.net/
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